El monoambiente pertenece a una diseñadora textil que además de vivir allí utiliza la propiedadcomo lugar de trabajo varios días de la semana. Decorado en un estilo que se asemeja al mid-century modern, el desafío fue crear una ambientación cómoda y funcional con el acento puesto en el espacio de guardado. Además de las cosas básicas que uno necesita guardar en su hogar, en este caso también era necesario almacenar las telas y herramientas que necesita para trabajar.
En el sector del living, un sofá clásico de Ikea tapizado en gris al cual se le cambiaron las patas por otras de estilo vntage. La mesa de centro de diseño ligero en metal con tapa de vidrio y la alfombra completan el espacio.
Arriba, un mueble antiguo reciclado que funciona como bar, escritorio y mesa de comedor gracias a la tapa que se despliega. La parte inferior sirve para guardar la máquina de coser lo que permite transformarlo en lugar de trabajo en cuestión de segundos. Abajo, detalles que añaden la cuota de estilo mid-century a la decoración, como el reloj de pared diseñado por George Nelson que ya es un clásico del diseño moderno.
Frente a la cama, una cómoda alta de líneas clásicas suma espacio de guardado para la ropa. El rincón cierra como parte del dormitorio gracias a un espejo antiguo con marco dorado y bandejas para perfumes y joyería.
Los muebles se distribuyeron sobre las paredes, dejando el área central casi libre para facilitar la circulación, interrumpida únicamente por una pequeña mesa de centro que ayuda a sectorizar el espacio destinado a living. La cama ubicada en el extremo del ambiente principal, junto a las ventanas, ayuda a lograr una mejor distribución ya que ocupa un área por la cual no se transita. El problema del poco espacio para guardar cosas se resolvió con muebles con cajones tipo cómoda en diferentes estilos.
La cama ubicada del lado opuesto al sillón ayuda a balancear la decoración evitando sobrecargar con muchos muebles un sólo lado del monoambiente.
El detalle decorativo que destaca en el sector del dormitorio es el respaldo de cama que consiste en un rectángulo rosa claro pintado directamente sobre la pared. Un proyecto DIY económico que ayuda a separar visualmente el dormitorio del resto del monoambiente y que además no ocupa espacio.
Exceptuando algunos cuadros distribuidos de forma desigual a lo largo y ancho del ambiente principal, todas las paredes se dejaron libres de adornos, muebles y estantes. Con esto se logra ampliar visualmente el interior del monoambiente. Arriba, en lugar de una repisa / biblioteca, los libros se apilaron directamente sobre el piso haciendo de división visual entre el sector del dormitorio y el del living.
La decoración se complementa con plantas de interior en macetas pequeñas por toda la vivienda. En la foto de arriba, sobre la mesa de luz, un Potus y una Sansevieria decoran el rincón, dos plantas que prácticamente no necesitan cuidados ni mantenimiento.
La cocina no es tan linda como el resto del monoambiente pero es funcional. Para sumar espacio de apoyo y guardado se colocó un mueble estantería realizado en metal que permite guardar un pequeño horno y varios utensilios de cocina. Abajo, un estante prolonga el alféizar interior de la ventana funcionando como mesada para apoyar cosas.
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